Esta semana tuve la oportunidad de producir un summit global en la Ciudad de México, un evento donde se juntó gente de todas partes para compartir ideas, aprender y colaborar.
Algo que realmente me dejó pensando fue el nivel de compromiso y experiencia de muchas de las personas con las que trabajé. Algunos llevan más de 30 años en la empresa, dedicando su vida a perfeccionar lo que hacen. Y eso se nota en cada detalle, en la manera en que resuelven problemas, en cómo todo fluye y en el orgullo con el que hacen su trabajo.
Este tipo de proyectos me recuerdan que la excelencia no es suerte, sino el resultado de años de esfuerzo, dedicación y de un equipo que realmente cree en lo que hace. Me voy de este evento agradecido y motivado, con mucho respeto por quienes hacen que todo funcione detrás de cámaras y con la certeza de que cuando hay pasión y trabajo en equipo, todo sale increíble.
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