Hoy es mi último día con 31 años y tengo algo que decir🪶: A los 31 me estrené como mamá, un mundo desconocido y retador, que te sorprende todos los días. Y como muchas, enfrenté la gran pregunta: ¿Podré con todo? La empresa. Mi hija. Mi esposo. Y yo… ¿seguiré siendo yo? Siendo honesta, al principio tuve un poco de temor. Pero aprendí que cuando amas profundamente, siempre encuentras la forma. A los 31, decidí sacar a la luz esas versiones de mí que había dejado guardadas: La niña soñadora que prometió nunca rendirse. La empresaria que ama lo que hace y no se conforma con menos que lo mejor. Y, sobre todo, la mamá que quiere ser presente y dejar huella en el corazón de su hija sin dejar de ser esposa y ella misma. No fue fácil. Este año entendí que no existen las respuestas perfectas, pero tus acciones siempre tienen la última palabra. Porque cuando te conviertes en mamá, cada decisión importa. Ya no piensas solo en ti, sino en quienes amas. ¿Mi secreto? Gratitud. Agradezco los e...